Mileva Maric, una mente maravillosa a la sombra de Einstein
Mileva Einstein o Mileva Maric, da igual cómo la mencionemos, hoy ella es la protagonista.
Alguna vez nos hemos preguntado: ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Esta pregunta puede aplicarse a historias como la que compartimos hoy: una mujer con la capacidad para destacar por sus propios méritos, pero que quedó a la sombra de un gran genio.
Así, presentamos el caso de Mileva, o para algunos, la primera esposa de Albert Einstein.
Estudió en un colegio de niñas y, gracias a un permiso especial de su padre, logró acceder a la universidad, donde se destacó en matemáticas y física. En 1896, ingresó al Instituto Politécnico de Zúrich, uno de los pocos lugares que admitían mujeres, donde conoció a Albert Einstein, quien comenzaba sus estudios en matemáticas y física.
Aunque inicialmente estudió medicina durante un semestre, se trasladó a Alemania en busca de una educación matemática más avanzada. En 1901, mientras preparaba su tesis doctoral, quedó embarazada de su primera hija con Albert Einstein. Se casaron dos años después y se mudaron juntos a Berna, Suiza.
El matrimonio se mudó a Alemania, pero se separaron, y en 1919 se divorciaron. Mileva regresó a Zúrich con sus hijos, mientras Einstein permaneció en Berlín con su segunda esposa, Elsa.
Mientras Einstein ha sido celebrado como un genio de la física, los estudios recientes reconocen la influencia de Mileva en su trabajo. Su habilidad matemática y su colaboración con Einstein fueron esenciales para su éxito.
Reconocer a Mileva Maric es reconocer la importancia de las mujeres en la ciencia y la necesidad de valorar sus contribuciones. Si Einstein es un genio de la física, Mileva es una genio de las matemáticas. Ambos merecen su lugar en la historia.