El dibujo se presenta como una vía de expresión para que los niños manifiesten sus sentimientos, temores, preocupaciones e ilusiones. Esta técnica proyectiva permite esbozar algunos rasgos de la personalidad infantil desde temprana edad.
No obstante, es crucial tener en cuenta que, dado que la personalidad de los niños aún está en desarrollo, los datos proporcionados por esta técnica son indicativos y pueden cambiar con el tiempo.
¿Cómo se realiza el test del árbol?
La aplicación del test del árbol es sencilla y puede llevarse a cabo incluso con niños que no dibujan con gran habilidad, ya que tiende a ser bien recibido, evitando rechazo o ansiedad. Aunque el dibujo aparenta simplicidad, representa la incipiente estructura del "yo".
Este test puede aplicarse a partir de los 5 años, cuando la mayoría de los niños ya dominan habilidades básicas de dibujo, permitiendo un perfil más preciso de los elementos que conforman el árbol.
Es esencial que los adultos no sugieran ninguna idea sobre cómo debe ser el árbol; el niño debe sentirse completamente libre para dibujarlo a su manera.
¿Cómo interpretar el dibujo del árbol?
Suelo:
En pruebas proyectivas, el suelo refleja el contacto con la realidad. Su ausencia puede indicar inseguridad o inestabilidad, así como falta de arraigo o necesidad de encontrar su propio espacio.
La presencia de un suelo, especialmente si está dibujado con líneas rectas, sugiere seguridad y confianza en sí mismo, denotando claridad de ideas y estabilidad emocional.
Un suelo ondulado puede señalar sensibilidad y una tendencia a evitar confrontaciones, pero es importante tener en cuenta que muchos niños menores de 9 años pueden no dibujar el suelo sin que ello indique un problema.
Raíces:
Las raíces representan la fuente de nutrientes para el crecimiento del árbol y, en términos psicoanalíticos, simbolizan el "ello" o la parte instintiva y oculta de la mente.
La omisión de raíces puede indicar temor al mundo o vulnerabilidad. Raíces proporcionadas sugieren un buen desarrollo emocional, amor y aceptación, mientras que un árbol con muchas raíces denota un apego positivo. Niños menores de 9 años pueden no dibujar raíces sin que ello represente un problema.
Tronco:
El tronco, vinculado a la identidad personal y la forma de enfrentar el mundo, revela aspectos significativos. Un tronco delgado o con trazos irregulares puede señalar sugestionabilidad y miedo a un mundo percibido como peligroso.
Un tronco con agujeros puede indicar un vacío emocional profundo. Por otro lado, un tronco grueso y con líneas firmes refleja una personalidad fuerte, con valores bien definidos y autocontrol.
Sin embargo, un tronco excesivamente grueso podría indicar agresividad, rasgos narcisistas, obstinación o autoritarismo.
Copa y ramas:
La copa y las ramas, la parte superior y más visible del árbol, representan las relaciones del niño con los demás, así como sus sueños y aspiraciones.
Es importante tener en cuenta que los niños más pequeños pueden no dibujar ramas debido a la falta de detalle. Una apariencia extraña puede reflejar excentricidad o el deseo de llamar la atención.
Ramas puntiagudas o trazos rectos pueden indicar agresividad o impulsividad, mientras que una copa pequeña podría sugerir timidez e introversión. La adición de frutos indica una personalidad sociable y generosa.
El análisis del test del árbol se utiliza como una herramienta en psicología, pero debe complementarse con otras pruebas y evaluarse en conjunto para un posible diagnóstico por parte de un profesional.
Este artículo tiene un carácter informativo para los padres, ayudándoles a identificar posibles problemas emocionales en sus hijos. Sin embargo, siempre se recomienda que un profesional evalúe al niño si es necesario.