El papel del padre en la infancia de los niños
El papel del padre en la infancia ha experimentado cambios significativos con la industrialización, influenciando también la percepción propia de la paternidad.
En épocas previas a la industrialización, los padres desempeñaban un papel esencial como sostén económico, protectores, educadores y cuidadores cotidianos de sus hijos.
Sin embargo, durante la industrialización, los padres se convirtieron en profesionales y, como resultado, disponían de menos tiempo para pasar con sus hijos.
La autoimagen de los padres ha evolucionado en las últimas décadas, siendo vista principalmente como un rol educativo antes que como proveedores económicos para la familia.
Los padres tienen la capacidad de cuidar de manera competente a sus bebés desde el nacimiento, contribuyendo al desarrollo positivo y estableciendo vínculos afectivos esenciales. Además, al involucrarse en el cuidado, se crea una relación madre-padre-hijo, enriqueciendo la experiencia de crianza.
Las interacciones entre padres e hijos varían; los padres tienden a ser más estrictos y participan en juegos más toscos y libres, comportándose con mayor suavidad y cautela hacia sus hijas.
Los padres, al hablar más con sus hijos, contribuyen al desarrollo del vocabulario y promueven la autosuficiencia al exponerlos a desafíos y riesgos.
La presencia activa de los padres es fundamental en el desarrollo psicosexual de los niños, actuando como modelos masculinos e influyendo en su identidad. Durante la pubertad, los padres pueden canalizar el comportamiento típico de los jóvenes de manera apropiada.
En la relación padre-hija, los padres son los primeros representantes adultos del sexo opuesto, influyendo en las ideas de masculinidad y relaciones de pareja de las hijas. Además, contribuyen al desarrollo de estilos de vida menos convencionales para las mujeres.
Para los recién nacidos, tanto el padre como la madre desempeñan roles esenciales. La madre brinda seguridad al bebé, mientras que el padre aporta estímulos y curiosidad, ambos cruciales para el desarrollo humano.
La influencia positiva de una relación estable y saludable con el padre durante la infancia se refleja en diversos beneficios a lo largo de la vida de los niños:
1. Mayor resistencia al estrés y la tensión durante la escuela: Los niños que han experimentado una relación sólida con su padre tienden a mostrar una mayor capacidad para manejar el estrés y la presión en el entorno escolar.
2. Mayor desarrollo cognitivo en niños y mayores capacidades intelectuales en niñas: La presencia activa del padre contribuye al desarrollo cognitivo en niños y a un mayor rendimiento intelectual en niñas.
3. Mayor tolerancia y comprensión para los disidentes en la edad adulta: Los niños que han tenido una conexión positiva con sus padres tienden a desarrollar una mayor tolerancia y comprensión hacia la diversidad de opiniones en la edad adulta.
4. Mayor probabilidad de tener relaciones de pareja a largo plazo: Una relación estable con el padre durante la infancia puede influir positivamente en la capacidad de establecer relaciones de pareja a largo plazo en la vida adulta.
5. Más probabilidades de utilizar recursos sociales: Los niños que han experimentado una relación positiva con su padre tienen una mayor probabilidad de utilizar eficazmente los recursos sociales disponibles en su entorno.
6. Altas habilidades de equipo en la escuela y en la vida profesional: La presencia de un padre comprometido contribuye al desarrollo de habilidades de trabajo en equipo, beneficiando tanto en el entorno escolar como en la vida profesional.
En resumen, un padre presente, comprometido y afectuoso, que colabora de manera efectiva con la madre, desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la personalidad de un niño.
La figura paterna, al estar constantemente presente como una persona de confianza, ayuda a moldear al niño desde sus primeros momentos de vida.