Si quieres que tu hijo te cuente cosas... ¡no lo interrogues!
¿Hoy jugaste con Martín? ¿Cuál fue el plato del día en el colegio? ¿Alguna anécdota divertida con los compañeros? Al salir del colegio, a menudo sometemos a nuestros hijos a un intenso bombardeo de preguntas, casi como un interrogatorio de tercer grado.
En nuestra búsqueda por conocer sus experiencias escolares, comportamiento en clase y relaciones con otros niños, tendemos a interrogarlos, creando un ambiente más parecido al de un interrogatorio policial que a una conversación relajada.
Sin embargo, este enfoque rara vez da resultados positivos. Si realmente deseamos que nuestros hijos compartan sus vivencias, el interrogatorio no es la táctica adecuada.
El error de recurrir al interrogatorio cuando buscamos que los hijos compartan sus vivencias.
Si pretendes que tus hijos compartan sus experiencias, evita el interrogatorio.
Seguro recuerdas escenas de películas en las que un policía somete a un sospechoso a un interrogatorio implacable, con un foco brillante y preguntas intensas. Tristemente, esto se asemeja a lo que a menudo hacemos al llegar a casa con nuestros hijos después de la escuela.
En lugar de iniciar una conversación abierta y bidireccional, es común que los acorralamos con una avalancha de preguntas, especialmente si el niño es reservado y no tiende a compartir sus experiencias.
El resultado suele ser un monólogo de respuestas breves como "bien", "mal", "sí" o "no". Incluso puede que el niño invente información para satisfacer nuestras expectativas.
La comunicación con los niños presenta desafíos, principalmente debido a dos razones:
Les resulta difícil expresar una idea de manera completa.
Necesitan más tiempo para compartir sus pensamientos y experiencias.
En muchos casos, los padres carecemos de la paciencia necesaria para escuchar un relato completo de principio a fin, tolerando titubeos, tartamudeos o explicaciones poco claras.
Cómo preguntar para fomentar la comunicación con los hijos
Si realmente deseas que tus hijos compartan sus experiencias, evita el interrogatorio y considera estos enfoques:
1. Encuentra el momento adecuado: La salida del colegio no es el momento ideal para conversar. El bullicio de mochilas, niños y padres saludándose no crea un ambiente propicio para hablar con tranquilidad.
2. Escúchales con atención: Presta toda tu atención al hacer preguntas, evitando situaciones en las que estés ocupado con otras tareas y no puedas mirarles a los ojos.
3. Comparte experiencias: En lugar de basar la conversación en preguntas y respuestas, comparte tus propias experiencias del día. Habla sobre las dificultades que enfrentaste y los aspectos positivos. Fomenta una conversación mutua.
4. Ten paciencia: Conéctate con lo que tus hijos están diciendo, olvidando por un momento otras tareas pendientes. Permíteles hablar, incluso si les lleva tiempo expresar una idea.
5. Interactúa con sus historias: Muestra interés genuino asintiendo, expresando sorpresa o empatizando con sus emociones. Haz que sientan que sus experiencias importan.
6. Evita juzgar en exceso: Aunque sea importante corregir comportamientos inapropiados, no juzgues cada detalle. Si todo se encuentra bajo escrutinio constante, los niños pueden volverse reacios a compartir.
7. Cambia la forma de preguntar: Evita las típicas preguntas monótonas y negativas. Opta por preguntas más creativas y positivas, como "¿Descubriste algo interesante hoy?" o "Si fueras el profesor, ¿qué harías en clase y qué no?".
Innovemos en nuestras conversaciones con los hijos, alejándonos de prácticas "policiales" y agregando un toque de originalidad y diversión.