Marie Curie: Tras las La Visionaria que Desafió Barreras y cambió la Ciencia para siempre
Marie Curie, una figura icónica cuyo nombre resuena globalmente, desafió las restricciones de su tiempo para convertirse en una pionera en el mundo científico cuando las mujeres enfrentaban enormes barreras educativas. Esta es la biografía de la mujer que rompió esquemas y dejó una huella imborrable.
En sus inicios, Maria Sklodowska, nacida en Polonia, mostró un temprano interés en las matemáticas y la física, siguiendo los pasos de su familia dedicada a la enseñanza.
A pesar de las limitaciones para las mujeres en la educación superior, trabajó como institutriz y, en su tiempo libre, se dedicó a su propia formación científica práctica.
En 1891, Marie se trasladó a Francia, matriculándose en la Universidad de la Sorbona y convirtiéndose en una destacada estudiante. Su determinación la llevó a dar clases particulares para mantenerse económicamente.
En 1894, su vida dio un giro significativo al conocer a Pierre Curie, con quien se casó en 1895, estableciendo una asociación extraordinaria en la investigación científica.
Además de sus contribuciones científicas, Curie desempeñó un papel crucial durante la Primera Guerra Mundial, estableciendo centros radiológicos y equipando ambulancias con equipos de rayos X. Su liderazgo en el frente de batalla y la capacitación médica salvan vidas y consolidan su legado como científica humanitaria.
A pesar de sus logros excepcionales, Marie Curie enfrentó fuerte oposición y desigualdad económica en la comunidad científica masculina de Francia. Tras la trágica muerte de Pierre Curie en 1906, asumió su cátedra en la Sorbona, convirtiéndose en la primera mujer en liderar la investigación de la radiactividad.
Aunque recibió honores de sociedades científicas mundiales, la discriminación persistía. En 1911, obtuvo su segundo Premio Nobel, esta vez en Química, pero la Academia de Ciencias le negó la membresía. A finales de los años 20, su salud se deterioró debido a la exposición a la radiación, y falleció en 1934.
Enterrada junto a Pierre, su legado perdura. Su hija Irène continuó la tradición científica de la familia, también ganando un Premio Nobel.