El poder de las palabras: enseñar a los niños a enfrentarse a los insultos
Las palabras poseen un tipo de influencia que puede impactar a todas las personas, independientemente de su edad.
Los insultos son comunes en los patios de las escuelas, donde muchos niños, incapaces de expresar adecuadamente sus emociones, recurren al insulto como una manera rápida de llamar la atención de forma negativa hacia otros.
Aunque la mayoría de los adultos cuentan con estrategias suficientes para enfrentar este tipo de expresiones ofensivas, los niños pueden sentirse paralizados ante tales situaciones.
Es esencial que adquieran nuevas habilidades sociales y comunicativas para afrontar estos momentos, evitando así otorgar poder a esas palabras en su estado emocional.
Cuando se enfrentan a insultos
Si carecen de las habilidades necesarias, pueden percibir que esas palabras tienen un poder desmesurado sobre ellos, llegando incluso a internalizarlas como etiquetas que reflejan características verdaderas de su persona.
Por ejemplo, términos que son etiquetas negativas que los niños pueden creer como verdaderas acerca de sí mismos.
Estrategias para afrontar insultos
Aprender estas habilidades puede resultar desafiante para niños y adultos, pero su dominio puede transformar la vida de manera poderosa, impidiendo que otros controlen nuestro comportamiento. A continuación, se presentan algunas estrategias para que los niños (y adultos) puedan hacer frente a los insultos.
Crear una nueva representación mental
Este proceso puede llevar semanas para reemplazar las emociones negativas asociadas con esas palabras por emociones más agradables. Aunque esta técnica puede no ser efectiva para todos los niños, tiene el potencial de funcionar en muchos casos con suficiente práctica.
Además, al utilizar esta técnica, el niño puede sonreír o sentirse bien, lo que demostrará a la persona que insulta que sus palabras carecen de poder y, con el tiempo, dejará de usarlas.
Comprender por qué otros insultan
- 1. No entrar en el círculo de la violencia, ya sea física o verbal, para no otorgar poder al agresor verbal.
- 2. Ignorar las palabras, ya que la indiferencia es una poderosa arma.
- 3. Responder con amabilidad o con respuestas ingeniosas para desarmar la situación.