Hijos que no visitan a sus padres: ¿por qué?
Algunos hijos no llaman a sus padres, casi nunca los visitan y no se preocupan por su bienestar. Aunque hay varios factores que explican esta realidad, incluso comprensibles, otros no lo son tanto y solo provocan dolor.
Hay muchos hijos que no visitan a sus padres, que cada vez organizan más estos encuentros y, finalmente, cortan el contacto. Es una realidad que se ha manifestado con más frecuencia en los últimos tiempos y que en muchos casos ha causado un gran dolor a uno u otro.
A veces esta distancia sí está justificada. Sin embargo, en otros casos, los factores eran difíciles de explicar.
Desde el momento en que te convertiste en padre, pensaste que tendrías el amor de ellos hasta el final de tu vida. Si tienen un verdadero compromiso, se supone que la relación siempre será sana, auténtica y estable. Sin embargo, casi nada en esta vida está garantizado, y en ocasiones los lazos de madre o padre se rompen.
En situaciones en las que los padres no saben exactamente qué está causando esta alienación, la confusión y la falta de comprensión pueden ser una fuente de gran preocupación.
Siempre están esperando que suene el teléfono. Esperan una visita que nunca llega. Intentaron contactar a los amigos de estos hijos, con la esperanza de saber de ellos o al menos asegurarse de que estuvieran bien.
De hecho, cada familia es un mundo y cada persona es un universo. Insistimos en que algunas acciones están justificadas. Sin embargo, no siempre está claro qué causa una relación congelada entre padre e hijo. La primera señal de advertencia es una disminución en el tráfico.
¿Por qué algunos hijos no visitan a sus padres?
Lo cierto es que cada vez son más los hijos que abandonan a sus padres en los últimos años. Los patrones familiares están cambiando y ya no existe una cierta subordinación de los hijos a sus padres, como es evidente en culturas orientales como Japón.
Muchas veces cuando hay dinámicas dañinas o la casa misma está estructuralmente floja, la elección suele ser mantener la distancia. Sin embargo, un estudio publicado en el Journal of Gerontology por los doctores Glenn Dean y Glenna Spitz apunta a un hecho relacionado.
Ningún factor único puede explicar cuando los hijos eligen distanciarse directamente de visitar a sus padres. En realidad, varias variables confluyen para tomar esta decisión. Los analizamos a continuación.
Hijos que tienen razones legítimas para no visitar a sus padres pero han tenido contacto
Algunos hijos no visitan a sus padres porque no les es posible. Vivir en otras comunidades, ciudades o incluso países dificulta tener un contacto físico tan rico. Cuando estás trabajando y criando a tu propia familia, estas visitas a veces son más esporádicas de lo que te gustaría.
A pesar de la distancia, los hijos que aman a sus padres siempre se comunican. Todos los días siempre hay una llamada preguntando "¿Cómo estás, mamá? ¿Cómo estás, papá?"
Estos gestos y la necesidad de conocerse mantienen un fuerte vínculo a pesar de la distancia. Abandonar a los padres ancianos es una dura realidad
En nuestra sociedad a veces hay una verdad sangrienta y oculta. Algunos hijos descuidan a sus padres cuando más los necesitan. Las visitas cesaron, el teléfono dejó de sonar y los ancianos cayeron en la soledad y el abandono.
¿Qué hay detrás de esta realidad?
Una vez más, estamos atascados con el hecho de que se juntan muchas variables.
A veces, cuando los padres se vuelven cada vez más dependientes, a los hijos les resulta una carga cuidarlos. Están esperando que los servicios sociales respondan para que la sociedad juegue los papeles que ellos no quieren jugar. Pasó el tiempo y nadie se movió...
Son un reflejo de la gris realidad de la sociedad que nunca deberíamos tolerar. Más allá de nuestra relación con nuestros padres está la naturaleza humana y la necesidad de ayudarlos cuando no pueden valerse por sí mismos. Vamos a reflexionarlo.
Fuente: La mente es maravillosa