Nunca culpes a tus padres, desde hoy tú eres el responsable de tu vida
Muchas personas suelen echar la culpa a sus padres de sus propios errores y de quiénes son hoy en día. Creen que los padres son los responsables del futuro de sus hijos para siempre, ya sea para bien o para mal. Sin embargo la realidad es muy diferente.
Cada persona es responsable de quién se convierte en la vida y aquí te mostraremos que aunque puedan existir viejas heridas, es posible sanarlas para seguir adelante, sin echar culpas a nadie y tomando nuestra responsabilidad como individuos.
La responsabilidad de los padres tiene un límite
Si bien es cierto que los padres tienen responsabilidades en la educación de sus hijos, pero es muy difícil que sean ellos quienes determinan para siempre sus vidas. Cada quien tiene que generar confianza en sí mismo, llegar a quererse y construir su propio futuro.
Desde luego los padres tienen una gran influencia y sus actos y crianza desde la infancia y adolescencia, llegar a afectar en buena medida, pero rara vez son determinantes. Si ese llegara a ser el caso, lo es importante es poder olvidar el pasado, permitir que sanen las viejas heridas y dar una perspectiva positiva a las emociones.
Los padres tienen que cumplir su papel mientras sus hijos estén bajo su tutela y cuidado. Aun así, lo que hayan o no hecho no es un a excusa para vivir en el pasado y en el rencor. Esos sentimientos no te traerán más que efectos negativos en tu vida personal para ti y para todas las personas que quieres.
Sabiendo todo esto, nunca debes vivir en el pasado y culpar a los demás por los problemas de la vida. Lo mejor que puedes hacer es curar esas heridas y vivir tu vida presente con paz interior.
Errores paternos: cómo reconocerlos
La verdad es que la gran mayoría de nosotros ha tenido algunas relaciones o momentos negativos en la infancia. Muchos han atravesado vínculos y sentimientos tóxicos, que lamentablemente en ocasiones dejan sus huellas en la adultez.
Sin embargo, esos errores paternos no tienen por qué convertirse en los únicos recuerdos presentes en nuestra memoria.
Desde luego, los padres deberían ser la imagen del amor, la alegría y un gran conjunto de cualidades, pero al fin y al cabo también son simples personas simplemente haciendo su mejor esfuerzo, y como todos también cometen errores.
Si vives con sentimientos pasados, hará que repitas los errores que cometieron tus padres. Esto se debe a que aun inconscientemente los tomarás como un patrón de referencia, cuando llegue la hora de formar tu nueva familia. Por esa razón debes trabajar para quitar todo ese dolor provocado y aprender de esos errores, de manera de no repetirlos.
Sanar heridas de la infancia
Si tu infancia transcurrió en un hogar disfuncional, debes sanar las heridas y seguir adelante, dejar atrás lo que eso haya causado.
Una forma de conseguirlo es fortalecer tu amor propio y la confianza en ti misma. Aunque a veces será necesario buscar el apoyo y la guía de alguien experimentado, recuerda que nunca es imposible.
Quienes han vivido esa situación, lamentablemente tienden a culpar a sus padres y a tener conductas de las cuales los únicos perjudicados son ellos mismos y generan el rechazo de los demás, incluso los apartan o lastiman.
En esas situaciones la ayuda de un experto puede ayudar a evitar el sentimiento de castigo que se genera la misma persona. Al superar esos sentimientos, será mucho más sencillo emprender un nuevo comienzo en la vida con un horizonte mucho más feliz.
Si logras eliminar esos prejuicios parentales y cambiarlos por completo el amor y la valía propia, no cambiarás tu pasado, pero sí estarás mejorando increíblemente tu presente y futuro. Lograrás sentirte más segura y digna de recibir amor, cariño y también comprensión.
Si logras superar las viejas heridas y dejar de culpar a los demás por todo, permitirás que el amor y la felicidad lleguen a tu vida.
Fuente: Vida lúcida