El amor que haya en tu hogar determinará el corazón de tus hijos
El hogar es sin dudas el espacio más importante donde cualquier niño crece y se desarrolla tanto física como emocionalmente. Y ellos necesitan tanto y más que los adultos un lugar donde sentirse refugiados y queridos todo el tiempo.
Sin embargo, mientras que los adultos son los que crean ese hogar, los niños se ven viviendo en esos hogares desde que llegan al mundo. Y ese será el primer y único lugar que conozcan durante mucho tiempo, por eso es tan importante para su salud emocional.
Un hogar no se trata simplemente de una casa con buena decoración, alguna que otra comodidad, su tamaño, el orden o la limpieza que pueda haber, ni mucho menos.
Y si bien se dice que cada casa es un mundo, lo que en verdad importa no es tan solo lo que puede verse cuando se entra en ella, sino sobre todo lo que se siente cuando se está en esas casas.
Los niños son muy sensibles a todas esas emociones que aunque no se digan abiertamente siempre están en un ambiente, y necesitan que ese espacio sea sano y amoroso para poder crecer emocionalmente.
En tu hogar pueden faltar muebles y lujos, lo que nunca puede faltar son los abrazos y los besos sinceros.
En el corazón del hogar
Para entender por qué un niño puede sentirse feliz o infeliz, lo primero es conocer qué ocurre dentro del hogar, lo que nadie más que la familia puede ver. Y lo que suceda en el hogar y que nadie ve es lo que condicionará para bien o para mal el desarrollo de los niños.
Todo lo que pueda sentir en su interior un niño será lo que se fue formando entre los muros de su hogar, y eso mostrará cómo fue verdaderamente la educación o crianza que recibió.
Esa es la razón por la que es tan importante que los padres, antes de serlo, se sienten y reflexionen sobre la crianza y educación querrán darle a sus hijos.
Ya que no es tan simple como mantenerlos sanos con una buena comida, vestirles con buena ropa y comprarles los juguetes más nuevos.
Eso no vale de nada si los niños no se sienten cuidados y amados en ese hogar, y para eso es importante que sus padres estén de acuerdo en cómo educarlos.
Los niños dependen plenamente de sus padres, y tomarán su ejemplo hasta en el más mínimo detalle, y cada gesto y cada palabra, se grabará en la mente y personalidad de los hijos.
La mente de los niños toma la forma de las acciones y la forma de ser y tratar a los hijos que tienen sus padres. Y son todos estos factores los que conforman verdaderamente a un hogar.
Formar un verdadero hogar
Las relaciones dentro del hogar entre los miembros de una familia son los que dan forma al ambiente y todo lo que se siente entre sus cuatro paredes.
Muchas veces alcanza con observar por un momento a una familia para saber si en su hogar hay felicidad o si al contrario, en ese ambiente toda buena emoción está ausente.
Un hogar se construye desde lo emocional y sus bases serán el refugio de los niños, y tristemente, cuando no es así, el pequeño irá buscando un refugio y un hogar en otras personas que muchas veces acaban siendo malas compañías que los llevan por peores caminos. Todo porque no encontraron su hogar con su familia.
La única forma de crear un verdadero hogar en donde los niños sean felices y se desarrollen plenamente es que sus padres trabajen las emociones positivas, que aprendan a gestionar las negativas y más que nada, dando el ejemplo les enseñen valores a sus hijos.
Serán esos valores los que los conviertan en personas de bien, y que les guíen para poder convivir en el hogar como con otras personas. Es la inteligencia emocional que nunca debe faltar en una familia.
Los valores, el mérito, la empatía y una buena comunicación tampoco deberán faltar en el hogar y mucho menos el respeto entre unos y otros.
Desde luego, siempre habrá algunos días peores que otros, y esto es normal, cuando los problemas parezcan sobrepasar nuestras posibilidades y nervios. Pero al final del día siempre deben mantenerse el amor y respeto dentro del hogar.
La mutua comprensión es la única manera de mantener unida la familia a pesar de todos los errores que todos cometemos. Y nunca deben faltar los gestos de amor sincero y verdadero que salgan del corazón, los besos y abrazos que son el corazón de un verdadero hogar.
Fuente: Etapa infantil