5 lecciones de "El principito" para ayudarte a ser mejor
El maravilloso libro de Antoine de Saint-Exupéry, “El principito”, aunque es considerado un libro infantil, habla de temas muy profundos como el amor, la amistad, el sentido de la vida, la soledad y la pérdida, y lo hace de modos tan hermosos que se convirtió en uno de los libros más leídos de la historia.
Las mayores lecciones que nos deja de “El principito” nos llenan de sabiduría y sencillez, frente a las maneras ridículas que en ocasiones intentamos resolver nuestros problemas. Y es que a veces somos nosotros mismos los que complicamos más las cosas de lo que realmente son.
La inocencia con la que el Principito nos muestra una visión más profunda de ver la naturaleza humana. Todo lo que nos enseñan sus palabras ayudan a que nos preguntemos cómo estamos viviendo y a tomar conciencia para ser mejores.
Reflexiones que nos deja “El principito”
“El principito” es sin duda una obra maestra. Y no importa la edad, de niños a adultos, el Principito es capaz de sorprendernos a todos por igual. La belleza de sus enseñanzas, dichas con un lenguaje sencillo, nos habla con una maravillosa sensibilidad y ternura.
Este libro toca todos los corazones de quienes lo leen, alrededor del mundo y de los años, por eso te compartimos a estas 5 de sus mejores enseñanzas que podrán cambiar tu vida si puedes ponerlas en práctica.
1. "Lo esencial es invisible para los ojos"
Esta es quizás la enseñanza de “El principito” qué más hondo ha llegado en todos nosotros, es de las reflexiones más conocidas, y de inmediato sabemos de qué se trata con solo escucharla. Y en este mundo tiene mucho sentido, donde las apariencias y la superficialidad tantas veces quieren imponerse.
Pero lo esencial, lo realmente importante, es invisible a los ojos, esto nos dice que somos mucho más de lo que dicen las apariencias. Porque lo más importante como el amor, la amistad y la bondad, son invisibles.
Lo material viene y va, y los pequeños detalles son los que realmente nos muestran esencia que no se ve, que son el amor y la bondad, y que sin embargo pueden cambiar el mundo.
2. "Conócete a ti mismo y podrás comprender mejor a los demás"
Lograr tu propio conocimiento es mucho más difícil que andar juzgando a los demás, pero te traerá grandes resultados. No caigas en la queja constante de cómo quisieras que fuera el mundo, debes preguntarte primero qué estás haciendo tú para que el mundo sea un lugar mejor.
Cuando vemos que somos nosotros quienes debemos tener un rol protagónico y comprometernos en ser mejores personas todos los días, es ahí que estamos preparados para ayudar y dar nuestro amor a los demás.
Las personas no son buenas ni malas, solo hacen lo que pueden enfrentando sus circunstancias. Y nadie puede dar de lo que no tiene, por eso debes cultivar tu amor para poder darlo después.
Si podemos profundizar en nosotros mismos y comprendernos, eso nos permitirá comprender a los demás. Así veremos que buscan ser felices igual que nosotros, aunque no todos lo busquen por el camino más acertado, así y todo podemos aprender de nuestros propios errores y los de los demás.
3. "Amor no es mirarse el uno al otro, es mirar los dos en la misma dirección"
El amor entre dos personas debe ser recíproco, o perderá sentido y fuerza, ya que es una construcción constante y mediante la colaboración, si no hay un esfuerzo parejo, en una de las dos personas caerá toda la carga hasta que se canse y se rompa la pareja.
Dos personas solo pueden ir en la misma dirección gracias al amor, a compartir sus proyectos de vida, alegrías y tristezas, con la guía de los intereses comunes y las experiencias que harán de la vida un viaje extraordinario.
4. Mantén siempre la ilusión y la inocencia, sin importar las malas experiencias
Mientras sumamos malas experiencias, nos volvemos más desconfiados y perdemos la inocencia que nos permitía ver lo extraordinario de la vida al experimentar cosas nuevas sin tantos temores.
No podemos evitar sentir dolor y las situaciones difíciles de la vida, es parte de nuestro crecimiento, pero aún así debemos mantener vivas nuestras ilusiones para seguir adelante cada día.
Si dejamos atrás esas experiencias dolorosas, podemos comenzar cada día con ojos nuevos y nuevas ilusiones para ver al mundo, y valorar lo maravilloso que se esconde en un atardecer, una sonrisa o un abrazo.
5. Anímate a conocer en verdad a las personas
A veces nos preocupamos demasiado por las apariencias y dejamos de lado lo que tenemos y lo que somos. Conocer en verdad a alguien es hallar su belleza más real y profunda. Una simple valoración externa, no es más que un prejuicio, que no nos deja conocer a la otra persona.
“A los mayores les gustan las cifras" decía el Principito, pero se asombraba de que los adultos jamás se preocuparan por las cosas verdaderamente importantes:
Este hermoso cuento que parece estar dedicado a los niños, en verdad tiene maravillosas enseñanzas para que todos podamos disfrutar de su sabiduría...incluso son tan simples de entender, que hasta un adulto podría hacerlo.
Fuente: La mente es maravillosa