7 ideas para fomentar la resiliencia en los niños
Es increíble la cantidad de problemas que nos evitaríamos si desarrollásemos desde niños algunas capacidades, en especial, la de resiliencia.
Es posible incentivar la resiliencia desde niños y así enseñar esta cualidad tan valiosa desde pequeños.
Resiliencia es poder afrontar los problemas y adversidades de la vida para superarlas y convertirlas en experiencias positivas. Así visto, la resiliencia es una capacidad más allá de la resistencia.
Motívalos a hacer amigos
Es necesario enseñarles a hacer amigos para que puedan ser resilientes. Estar aislado genera inseguridades y miedos, si un niño no tiene grandes habilidades para sociabilizar,, necesitará un poco de nuestra ayuda y guía.
Y es que no tener amigos puede ser algo muy difícil para un niño. Y nunca es bueno señalarle que es su culpa, si lo hacemos puede llegar a aislarse aún más, o incluso buscar desesperadamente hacer amigos y ponerse en peligro para conseguirlo.
Si un niño que no tiene amigos puede ser debido a que sea inseguro. Y como adultos deberíamos fortalecer su autoestima y seguridad, dando ejemplos de actitudes puntuales que puede tener para sociabilizar, confiar en abrirse y mostrarse a los demás.
Enseñarle a ayudar a los demás
Esto fomentará que sea solidario y sepa cooperar, aspectos importantísimos para su desarrollo emocional. Si el niño aprende a ayudar a otros, se sentirá más útil y valioso, lo que fortalecerá su habilidad para ser empático.
Y recuerda que la mejor forma de enseñarle a ayudar a los demás siempre será con tu ejemplo. Primero puedes ayudarlo a él, mejorando los lazos familiares, y así verá los beneficios del trabajo en equipo, y luego a otros y verá cómo se pone en práctica la empatía y solidaridad.
Enseñarle a marcar y seguir una rutina
El establecer una rutina es una excelente guía para los niños, sobre todo para los más pequeños. Tener esta rutina como hábito les da seguridad y una sensación de estabilidad, lo que disminuye sus ansiedades sobre lo que puede ocurrir luego.
Podrán apreciar las consecuencias de sus acciones y preverlas, eso les dará una sensación de control y de acuerdo a los resultados verán si lo están haciendo bien.
En un primer momento se pueden marcar horarios de ir a dormir y levantarse y para las comidas. Luego la escuela marcará otra rutina y poco a poco irá internalizando y organizando sus propios tiempos.