Si sobreproteges y no sabes decir NO, haces mucho daño a tus hijos

Es triste pero en ocasiones, pensamos que amor y atención son equivalentes a conceder a nuestros hijos todos los caprichos que tienen.


  

  Sin embargo no entendemos que esto termina siendo contraproducente tanto para padres como para hijos. Cuando se los sobreprotege y no se les sabe decir NO, dañamos a nuestros hijos, en vez de ayudarlo, se lo hace una persona dependiente e incapaz de adaptarse a su entorno. 


  La sobreprotección es justamente darles a los hijos más de lo que en realidad necesitan. Hacerles todo demasiado fácil en la vida, no saber ponerles límites no permite que asuman las consecuencias de sus acciones. 

 

  Obedecer siempre a los caprichos del niño y darle lo que pide, o tolerar que nos grite y conteste de malas formas, o llegar a aceptar que sus agresiones es realmente dañino para el niño. 


 Esto lo convertirá en un tirano sin capacidad de entender límites y arrastrará a la familia a la tensión y los conflictos continuos.   

  Es lógico y natural consentir a nuestros hijos en ocasiones, y muchas veces ni siquiera lo hacemos conscientemente. Por eso es útil tener presentes estas reglas de oro para educarlos bien.     

 

1. Si tu hijo está en condiciones de llevar adelante una tarea por su cuenta, deja que la haga solo. Esto aplica desde que son pequeños, puede ser limpiar lo que ensucia o acomodar lo que desordena o hasta vestirse solo.

 Si lo ayudas en todo todo el tiempo esto menoscaba su autoestima y perderá su motivación a valerse por sí mismo.    


 2. Permite que enfrenten las consecuencias de sus actos. Las consecuencias de las acciones no siempre son agradables, pero debes dejar que sean responsables por lo que hacen, es la única forma de aprender a ser independientes y autónomos.  

 

3. Enséñales a tolerar la frustración. Esta valiosa habilidad emocional les servirá para toda la vida, y será su fuente de fortaleza para nunca bajar los brazos,  

  Alguien que no tolera la frustración jamás perseverará en lograr sus metas, ni tendrá un control emocional para crecer sanamente, en cambio será una persona tirana y poco comprensiva con los demás.  

   La mejor manera de ayudar a que adquieran tolerancia a la frustración es tenerlos con los pies en la tierra.


  Por ejemplo: si en algún momento el niño pide un juguete demasiado caro que sus padres no pueden costear, o acepta lo que sus padres pueden regalarle o puede ahorrar lo suficiente hasta conseguirlo.  

  


4. Debes poner límites. Recuerda que si siempre les das sin límites, tus hijos creerán que no los hay y pedirán cada vez más y te lo exigirán como si fuera obligación tu cumplir cada capricho.   

 

5. Debes tener disciplina. Los límites deben ser claros y debe haber consecuencias si tus hijos no respetan esos límites. 

  Eso los hará sentirse más seguros, y además les estarás ayudando a que pronto ellos puedan ponerse sus propios límites.   

  

  Solo tienes que seguir estas reglas, y estarás ayudando a que tus hijos sean personas más felices y puedan adaptarse a las distintas situaciones de la vida. Les estarás enseñando la importancia de esforzarse y de conseguir sus propias metas.  

 

Tus hijos deben saber que el cariño y la felicidad no se demuestran con cosas materiales, dependen de las relaciones entre las personas y el modo en que resuelvan sus problemas. Ese será el mejor regalo que puedas hacerles para la vida.

Fuente: Naran Xadul
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