5 Actitudes que podrían estar dañando tu autoestima y no te habías dado cuenta
Son muchas las cuestiones de las que depende nuestra autoestima para que estar en las mejores condiciones. Por lo general atribuimos la salud de nuestra autoestima solo a cosas externas, como pueden ser las circunstancias o ciertas personas, pero muy lejos de ser esto cierto, en realidad se trata de las actitudes que tenemos y como nos estas afectan.
Es sabido que el amor propio se refleja en tu propia autoconfianza y seguridad frente a los retos que nos da la vida. Sin embargo, en ciertas ocasiones y sin darte siquiera cuenta de ello, comienzas a hacer cosas que sabotean tu felicidad y tu tranquilidad.
Sin quererlo, te lastimas de maneras inimaginables, a veces en nombre del amor, a veces en nombre de la vida y a veces solo por dependencia o porque lo consideras "normal".
Los componentes de la autoestima
Antes que nada, es muy importante conocer el significado de la palabra autoestima, y así no confundirnos con el estado de ánimo. Y es que muy a menudo, los confundimos y asumimos que se trata de una disminución de nuestra valoración o reconocimiento personal, cuando en realidad es una bajada de nuestro ánimo.
Por su misma definición, “autoestima”, se refiere a la estima que me aporto a mí mismo, es decir, a lo que me quiero. En este sentido, la autoestima es la capacidad y la percepción que tenemos sobre nosotros mismos.
Actitudes que podrían estar dañando tu autoestima
Alimentar tus preocupaciones en exceso
Como dice el famoso refrán: "si algo tiene solución, por qué te preocupas, si la tiene, para qué te preocupas", este consejo no pretende que olvides totalmente tus preocupaciones diarias, sino que le des el lugar que merecen.
Si solo te encierras en pensamientos negativos, sobre todo a los relacionados contigo, serás cada día más una personas insegura y con baja autoestima que se boicotea sin saberlo.
Pero recuerda que puedes frenar ese torrente de ideas dañinas adoptando hábitos como la meditación u otras actividades que te ayudarán a desconectarte de este exceso de preocupaciones.
Y cuando algo no te gusta, debes simplemente ponerle un límite, ejercitando esta práctica asertiva, verás que las preocupaciones irán desapareciendo, porque entenderás cómo tratar tus problemas cuando se presentan.
Criticar a los demás.
No está mal hacerle una crítica constructiva a otra persona, pero señalar sus errores y exagerarlos ante los demás no le ayuda en nada, sino que es una vil burla para hacerla quedar mal, y en verdad, eso habla más de ti que de los demás.
Por eso, juzgar de forma negativa a otros muestra más el cómo te encuentras contigo mismo que la realidad de otras personas. Cuando tienes la necesidad de criticar a una amiga o a un familiar de forma recurrente, es momento de preguntarte por qué lo haces.
Es probable que si tienes una buena autoestima, no necesitarás emitir críticas destructivas. Porque los juicios negativos son un reflejo de aquello que te molesta de ti misma: por ejemplo, si te quejas de la negatividad de un amigo, fíjate en si es una característica que reconoces también en ti.
Evadir situaciones incómodas
Para tener una autoestima fuerte, debes dejar de actuar por miedo al fracaso, el qué podría opinar la gente o por de ansiedad de salir de tu zona de confort.
La evasión y el miedo te niegan oportunidades, como conocer a otras personas o prosperar en el ámbito profesional.
La gente que quiere más aprobación consigue menos y la gente que necesita menos aprobación consigue más, tienes que intentar enfrentarte a las situaciones que te asustan e impedir que el miedo no dirija tu vida. Y en la mayoría de casos, verás que atravesarlas no es tan grave como lo imaginabas.
No saber pedir ayuda cuando la necesitas
Si tienes baja autoestima tiendes a responsabilizarte de todos los errores y problemas y a no compartirlos con las personas que te rodean, de nuevo, por miedo a que te juzguen, entonces lo haces tú misma, aún cuando puede que ni siquiera seas responsable del problema.
Saber cómo comunicar tus preocupaciones a las personas de tu confianza, aparte de reconfortarte, puede fortalecer tu relación con los que te importan. Analiza tu día a día y descubre cuántas y cuán frecuentes tienes estos comportamientos que dañan tu autoestima.
No planificar tu tiempo.
Pero además de mejorar lo que piensas sobre ti misma, necesitas cumplir con ciertos objetivos personales diariamente para sentir más bienestar.
No lo dudes, la pereza y la desorganización te pueden llevar a procrastinar. Por eso, lo mejor es que sigas unas rutinas, te marques metas asumibles y actúes para elevar tu grado de satisfacción.
Y recuerda que los demás no tienen la capacidad de modificar nada que pertenezca a nuestro interior. No pueden bajar la autoestima, ni subirla, por eso es necesario asumir la responsabilidad y el control que tenemos sobre nosotros mismos, podemos decidir restaurar y mejorar nuestro ajuste personal, sintiéndonos queridos y valorados por nosotros mismos.
Es momento de que corrijas estas actitudes para que tu autoestima mejore lo más pronto posible, disfrutando de una vida plena y feliz, independientemente de que a otras personas no les guste como somos.
Fuentes: La mente es maravillosa / Vital / Mamás latinas