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Aprende siempre a perdonar, aunque no te pidan perdón
Es posible que en algún momento a todos nos haya lastimado alguien que queremos. A veces esa persona tan importante para nosotros es la que nos trae también la mayor decepción. Una traición por la espalda que nos rompe el corazón y nos provoca el más grande de los corajes.
Cuando nos lastiman, es una desagradable sorpresa que nunca nos
esperamos. Y cuando se trata de un amigo querido, la familia o alguien
que amamos, es cuando más lastima. Esa profunda herida nos deja para
siempre una triste cicatriz.
Todos cargamos con muchas cicatrices en nuestras vidas que son
imposibles de esconder. Aún así, depende de cómo hayas superado el
pasado, el que tus próximas relaciones no acaben igual. No dejar que
nuestras cicatrices nos definan, es algo que todos los humanos tenemos
que aprender.
Hay que reconocer que nuestro cuerpo no está preparado para las
pérdidas. Es por eso que resulta tan difícil alejarse de alguien a quien
amamos. Tantas veces el dolor nos vence y paraliza, que nos envuelve en
un halo de sufrimiento por demasiado tiempo.
Tenemos que aprender a abandonar el enojo. Tenemos que evitar que las
heridas y conflictos pasados impidan la llegada de cosas mejores. Dejar
ir todo lo que nos lastima es lo mejor que podemos hacer. Pero ¿cómo se
puede perdonar a la persona que más te lastimó?
Hay una frase que dice que el perdón es para ti. No para la otra
persona. Y esto no podría ser más cierto. Esta es la razón por la que es
tan indispensable que puedas aprender a perdonar. Incluso si no te lo
piden.
Por supuesto, perdonar no es una cosa para nada fácil. Se necesita ser
realmente una persona muy fuerte y madura para conseguirlo. Sin embargo
es posible, y sobretodo necesario. Perdonar te ayuda a sanar las
heridas y superar lo que te lastimó. Suelta esas heridas. O te quedarás
para siempre con el sabor amargo de los rencores del pasado.
Es parte de nuestra naturaleza crear relaciones con las demás personas.
La genética de nuestro cuerpo está programada para construir esos lazos
con otras personas que nos hacen sentir más seguros. Ese contacto con
otras personas nos da una sensación de estabilidad que no podemos tener
nosotros solos.
Esa es la razón de que nuestra especie haya sobrevivido a épocas muy
difíciles. Apenas nuestro cerebro percibe una pérdida, reacciona de
inmediato y enciende todas sus alarmas.
Cuando rompen nuestro corazón, los neurocientíficos descubrieron que se
liberan hormonas responsables del estrés. Esto altera todas las
emociones y hasta la mente de la persona que está sufriendo.
Cuando se produce una pérdida sentimos que perdemos toda nuestra
energía. Surgen sentimientos de un dolor profundo y hasta perdemos las
ganas de vivir. Se apagan nuestras esperanzas y un terrible vacío ocupa
su lugar. Incluso crees que jamás volverás a encontrar a alguien que te
haga sentir lo mismo que esa persona que has perdido.
Sin embargo, tienes que saber que ese no será un dolor eterno. El tiempo
hará que poco a poco pase. Lo importante es volver a tener ganas para
continuar. tienes que enfrentar esa pérdida y entenderla como un mal
recuerdo nada más.
El orgullo no conduce a nada más que frustración. Y esperarás para
siempre si crees que la otra persona verá lo mucho que te lastimó.
Debes ser tú quien tome la iniciativa y aún si la otra persona no lo
merece, tienes que perdonarla. No es necesario ni siquiera hablar con
ella o decírselo. Puedes eprdonarla en silencio, en la privacidad de tu
alma. Descubrirás lo liberador que el perdón puede ser.
Perdonar tiene la virtud de poder sanar tu corazón roto. Cuando perdones
podrás levantarte de nuevo. Tu espíritu se liberará de una gran carga y
podrás recomenzar tu vida. El perdón no significa que dejes que esas
personas sigan en tu vida. Al menos no como antes. Recuerda que existen
personas incapaces de cambiar su forma de ser, y siempre acabarán por
lastimarte.
Es posible que antes de esa dolorosa experiencia no supieras lo mucho
que se puede sufrir por otra persona. Y es normal que creas que jamás
podrás perdonar a la persona que te causó tan terrible sufrimiento.
Dolerá infinitamente. Estarás triste mucho tiempo. Puede que llegues a
desear vengarte. O que te fruste ver cómo pasa el tiempo y sigues sin
lograr superarlo.
Pero no dejes que esto se convierta en un círculo vicioso. Tienes el
poder de perdonar a quien te engañó o abandonó. alguien que rompió tu
corazón o siempre te dejó en segundo lugar y se olvidó de ti cuando más
la necesitabas. Pero eso no significa que vuelvas a confiar en esa
persona.
La sieguiente ocasión en que tengas que elegir entre perdonar a alguien
o no hacerlo. Recuerda que también alguna vez lastimaste a alguien más.
Y que solo el perdonar te liberará para continuar con tu vida.
Fuente: Nueva mujer