Fue un amor conocerte, placer de mi vida

Sentirse enamorada es una de las mejores sensaciones que podemos experimentar: nos da alegría, placer, ilusión y miles de cosas bonitas más. Si tienes una relación y estás enamorada, entenderás perfectamente todas esas emociones que sentimos y a veces no podemos expresar en palabras. Así es el amor.



 “Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores: uno con el que te casas o vives para siempre, puede ser el padre o la madre de tus hijos…Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella.
 Y dicen que hay siempre, un segundo amor una persona que perderás siempre, alguien con quién naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan de la razón y te impedirán siempre, alcanzar un final feliz.


  Hasta que cierto día dejarás de intentarlo…Te rendirás y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando, pero te aseguro que no pasarás ni una sola noche, sin necesitar otra beso suyo o tan siquiera discutir una vez más.


  Ya sabes de quién que estoy hablando, porque mientras estabas leyendo esto, te ha venido un nombre a la cabeza. 

Te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (será sustituido por la calma), pero te aseguro que no pasará ni un solo día en que desearás que este aquí para perturbarte.

 Porque a veces se desprende más energía discutiendo, con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien al que aprecias.”

Paulo Coelho



  Llegaste a mí sin apenas proponértelo, me tocaste y ya nada volvió a ser igual. Recuerdo que durante aquellos días la vida era otra cosa, los colores eran más intensos y los olores más vivos.

  No sé, creo que hay amores que lo ponen todo del revés, y tú tienes el título del más desordenado. El caso es que yo nunca quise volver a darle la vuelta a mi mundo ni ponerlo todo en orden, pero se ve que la inercia y la rutina a todo te hacen acostumbrarte.

 

El hilo rojo que nos unió


   No sé si a ti y a mí nos unió el hilo rojo del destino o todo tiene que ver con el azar, lo que sé es que de todas las personas del mundo fuimos tú y yo en aquel lugar. Eso me hace creer en que el culpable fue un señor con sombrero que unió nuestro corazón con un cordón invisible en una noche de luna llena.

  Hemos llegado hasta aquí porque nos lo hemos merecido. Porque hemos sido hábiles, porque nos amamos en conjunto y por separado. El desenfreno, el romanticismo y el compromiso dieron paso a dos almas a acompañarse por siempre.


  Nos encontramos en la pasión desmedida, en el corazón desbocado, en el desengaño de cuando no todo es ya ideal, en la ilusión de un nuevo comienzo, en la convivencia, en la confianza, en lo efímero y en lo real.

  Hemos recreado verdaderos campos de batalla. Hemos llegado al fin del mundo. Nos hemos abandonado. Hemos vuelto. Hemos ahogado a nuestras mariposas
  Y es que si algo nos ha quedado claro es que en el amor hay de todo, pero sobre todo, pasiones, enredos y perdón. Porque la pareja perfecta no tiene porqué ser aquella que siempre permanece unida, sino aquella que se siente como ideal.

  Sé que desde el minuto 1 estabas destino a ser esa persona a la que iba a perder para siempre…


Te voy a querer siempre


“Lo esencial es indefinible.
¿Cómo definir el color amarillo, el amor, la patria, el sabor a café?
¿Cómo definir a una persona que queremos?
No se puede”.
J.L. Borges.
  Hay besos que son tan fugaces que tengo que pedirles que vuelvan a pasar. Ahora a todo le pongo puntos suspensivos, porque sé que continuará y que siempre puedo hacer interminables mis momentos contigo.

  Da igual el tiempo que pase, si las pasiones ya no nos aprietan, siempre estarás en la zona reservada de mi corazón. En esa en la que el amor no se tiñe de colores, sino de intensidad. Y es que además lo nuestro no fue breve, fue eterno.

  Por todo esto, por lo que se fue y no volverá, por lo que vendrá… Fue un amor conocerte, placer de mi vida…




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