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¿Cómo hacen los padres japoneses para que sus hijos no sean perezosos? Estos son los 8 consejos de los japoneses
Los niños que desde pequeños se acostumbraron a escapar a las responsabilidades, en el futuro tendrán muchos problemas para cumplir sus propias metas.
Es algo difícil de reconocer, pero son cada día más los padres a los que les cuesta un gran esfuerzo que sus hijos obedezcan y realicen sus quehaceres. En ocasiones resulta poco menos que imposible hacerlos levantar temprano para ir al colegio, o que recojan sus juguetes, inluso hasta que hagan sus tareas o que ayuden con alguna labor hogareña.
La frustración a veces es tan grande que muchos padresacaban por hacer el trabajo ellos mismos o recurrir a la ayuda a los hermanos mayores. Sin embargo, es muy importante que los padres insistan y estimulen a sus hijos de modo que tomen esas responsabilidades que irán aumentando a medida que crecen.
Numerosos estudios y expertos señalan que cuando el niño no está acostumbrado a cumplir con sus tareas desde pequeño, a medida que crezca es seguro que será una persona cada vez más irresponsable. Y es que su educación y comportamiento desde una temprana edad son lo que marcará su forma de ser en el futuro.
Es debido a ello que la disciplina de los padres japoneses es muy cuidadosa en lo que se refiere la educación de sus hijos. Según su manera de ver la cuestión, el modo en que deben comportarse es muchas veces todavía más importante que la educación académica que reciban en la escuela, y es justamente esta disciplina que los caracteriza y es tan poco común en occidentea lo que ellos atribuyen su éxito en el mundo como sociedad.
Estos son sus consejos.
1. Asignar tareas
El propósito de esto es estimular a que los pequeños adquieran responsabilidades, asignando tareas diarias de autocuidado, según correspondan a su edad.
Para dar algunos ejemplos, los niños deberían aprender a lavarse los dientes, levantar los juguetes y no dejarlos tirados, tender su cama, dejar la ropa sucia en su lugar, lavar su propio plato después de cenar, preparar la ropa del día siguiente y por supuesto, hacer las tareas de la escuela.
2. Un tiempo determinado
Es importante crear rutinas. No es suficiente con que el niño sepa tender la cama si lo hace en la noche o cada fin de semana. El método que los japoneses emplean para educar correctamente a sus hijos consiste sencillamente en realizar la misma tarea siempre a la misma hora.
De esta manera el niño irá creando sus rutinas y en la medida que pasen los días los días hará estas tareas por sí solo ya que lo habrá interiorizado como un hábito y no le costará ningún trabajo hacerlo. Sin embargo, para que no les resulte demasiado exigente desde un principio, los japoneses empiezan haciendo que los niños realicen esa tarea durante un minuto, todos los días en el mismo horario.
Tras un par de semanas, aumentan la actividad a 5 minutos y recién después de un mes el niño ya estará en condiciones de dedicarle 10 minutos o más a la tarea. Y en poco tiempo al niño ya no le importarán los minutos que se necesiten para terminar esa labor.
3. Constancia
Es imprescindible que los padres exijan a sus hijos que la tarea se realice en el mismo horario y que también sea una labor constante.
Todos los días deben lavarse los dientes, todos los días deben tender la cama, todos los días deben levantar su plato de la mesa, para afianzar la rutina.
4. Reconocimiento
Y cuando los niños están cumpliendo con sus tareas y haciendo las cosas bien, es muy importante que sus padres reconozcan sus esfuerzos.
No hace falta siempre darles un premio porque de hacerlo siempre harán las cosas por una recompensa.
Muchas veces basta con que los papásles den un sincero “gracias” o “lo has hecho muy bien”, “esta vez te ha quedado mejor que la vez anterior”, según lo recomienda el psicólogo Andrés Lasso
5. Evitar las frases negativas
La pedagoga Martha Cuadros asegura que el uso de frases negativas por parte de los padres puede desmotivar y afectar el comportamiento general de los niños. Por esto siempre se debe evitar a toda costa frases como “no puedes hacer nada bien”, “no sirves para nada”, o “eres un tonto”.
Estas duras frases marcan de por vida a los niños y les hacen creer que realmente no pueden hacer nada bien, lo que afectará el desarrollo de su personalidad y alterará a peor el concepto que ellos tienen de sí mismos.
Son tristemente comunes los casos de jóvenes que creen que no son capaces de algo porque sus padres, aquellos se supone deberían que le brindan confianza desde niños, les han dicho que son inservibles para cualquier cosa.
Algo que jamás verás es a padres japoneses gritar o levantar la voz a sus hijos ni a otras personas. Ellos evitan siempre dar sermones o castigar físicamente a sus pequeños.
Simplemente demuestran estar disgustados con la mirada y las entonaciones de su voz. Los hijos aprenden a percibir cuando los padres no aprueban su conducta, y no necesitarán más que eso para corregir sus actitudes.
6. Hay que explicarles por qué es importante que hagan sus tareas
Los psicólogos y expertos están de acuerdo en lo importante que es para los niños que sus padres les hablen y expliquen las razones por las que deben realizar sus tareas. Los pequeños entenderán así la importancia de su autocuidado y el rpestar ayuda a los demás.
Si se les explica, tendrán razones para hacer sus tareas, no solo por obedecer, sino porque hay un argumento válido que hace necesaria dicha tarea, aunque a veces les pueda resultar aburrida.
7. Dar ejemplo
No existe una manera mejor para enseñar a los niños que a través del buen ejemplo. Son muchos los padres que se quejan siempre por su trabajo o por las tareas hogareñas que deben hacer y esto genera un pésimo ejemplo a los niños, que pensarán que los quehaceres que les tocan también causan una enorme fatiga y así les resultarán por demás agobiantes.
Incluso existen padres que reclaman que sus hijos sean ordenados, y sin embargo ellos no lo son. Un buen comienzo es que los padres ayuden a sus hijos en sus tareas y demostrarles lo importante del trabajo en equipo.
8. Pasar tiempo con los hijos
Algo que es muy común entre las madres japonesas es estar con sus hijos hasta los tres años, ellas hacen que se involucren en los quehaceres domésticos que realizan mientras les hablan de lo que hicieron en el día.
Los padres también acompañan mucho a sus hijos y suelen conversar acerca con ellos de sus labores para que se sientan parte de una familia.
Fuente: Semana