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La divertida respuesta viral de una madre a una maestra que escribe con faltas
Le remarcó un error de ortografía a la docente. El mensaje fue compartido miles de veces.
Directivos y padres se quejan de que los docentes son cada vez más brutos. Que tienen faltas de ortografía, que no saben explicar, que tienen malos tratos. Sin embargo, nadie hace algo por ayudarlos o por cambiar esta situación.
Hace tiempo corría en las redes sociales una foto de una docente que había corregido a una mamá escribiéndole que no “corriga” a su hija. Las faltas de ortografía entre docentes parece ser una moneda cada vez más común y sobran las muestras. Las mamás se quejan pero también lo hacen las directoras y, como siempre, es más fácil echarle la culpa al docente y cortar el hilo por lo más fino.
Distintas directoras consultadas por Mendoza Post coinciden en que el nivel de los docentes baja cada año y cada vez es más difícil encontrar docentes “realmente preparados”. Sin embargo, a la pregunta de cuándo un docente está realmente preparado responden vagamente. Que la ortografía, que la vocación, que una buena base de cultura general. Ni los propios directores saben certeramente qué buscan en un docente, salvo ocupar las horas.
Por otro lado están los padres, en su mayoría madres, que se quejan principalmente de la ortografía pero poniéndola en el lugar del ejemplo. ¿Qué puedo esperar de una maestra que no sabe escribir como corresponde?, alegan. Pero al mismo tiempo confiesan que ellas tampoco escriben muy bien y que tienen faltas. Claro, al docente, eso no se le perdona.
Obviamente los padres queremos que nuestros hijos tengan la mejor educación, y nos enojamos cuando vemos en los cuadernos o carpetas que el maestro no corrigió errores que nos saltan a la vista, pero mucho más nos enojamos cuando vemos notas de las maestras mal escritas. Para esas mamás, la maestra tiene la obligación de hacer lo que ellas no pueden.
“Yo tengo muy mala ortografía pero no quiero que mis hijos tengan errores, para eso van a la escuela, para eso los mando, para que no terminen como yo”, dijo Luciana, mamá de una nena de tercer grado de una escuela pública. Ahora bien, Luciana fue al primario y también al secundario, pero cuando se le pregunta por qué ella tiene mala ortografía no tiene problema en aceptar que “nunca le di demasiada bola”. ¿Pero que tu hija tenga mala ortografía es culpa de la maestra?, le pregunto. Y se queda pensativa.